Perspectivas sobre la vida en Titán, la luna de Saturno, se desvanecen tras nuevos hallazgos

Después de un detallado análisis de la interacción entre la superficie y el océano subterráneo de Titán, los científicos sugieren que la posibilidad de encontrar vida en esta luna es poco probable.

A menudo, al considerar la existencia de vida extraterrestre, dirigimos nuestra atención a planetas distantes. Sin embargo, los satélites naturales también son objeto de interés científico, ya que algunos de ellos presentan condiciones que podrían ser propicias para albergar vida. En nuestro propio sistema solar, Saturno, con sus 146 lunas conocidas, ha atraído la atención de los científicos. Entre ellas, Titán, la más grande, inicialmente generó esperanzas de ser un entorno adecuado para la vida. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren lo contrario.

Titán, la segunda luna más grande del sistema solar Después de Ganímedes, Titán es el segundo satélite más grande del sistema solar. Su atmósfera y muchos de sus fenómenos meteorológicos se asemejan a los de la Tierra.

Un revés en las expectativas Los científicos, al estudiar la posibilidad de que el océano de Titán pueda albergar vida, consideraron que una parte significativa de las moléculas orgánicas presentes en su superficie deberían llegar al océano subterráneo para facilitar procesos químicos prebióticos que podrían sustentar la vida.

Tras exhaustivos análisis, el equipo científico determinó que solo alrededor de 7,500 kilogramos del aminoácido más simple, la glicina, llegan al océano de Titán cada año.

Recientes trabajos de modelización sugieren que es muy probable que esto sea una sobreestimación, pero incluso en este escenario más optimista, no hay suficientes orgánicos moviéndose hacia el océano de titán para sustentar la vida allí

Explica Neish, científica planetaria y cabeza del proyecto, a space.com.

Aunque aún se necesitan más investigaciones sobre los océanos extraterrestres para llegar a conclusiones firmes sobre la presencia de vida en Titán, los autores del estudio publicado en Astrobiology sugieren que las perspectivas son sombrías.

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